Introducción a “El Desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación”*
Eduardo Ibarra
Partiendo, en el artículo Concepción y método en el marxismo, de la tesis de Engels sobre el método marxista y los resultados teóricos alcanzados con su aplicación (“toda la concepción de Marx no es una doctrina, sino un método”; “distinguir entre el método y los resultados alcanzados con él”), pasamos, en los artículos El método de Stalin, El pensamiento de Mao. Planteamiento de la cuestión, Notas sobre el desarrollo del marxismo y El marxismo en su lexicón, a fundamentar las siguientes cinco cuestiones:
1) El modo en que Stalin hizo suya la referida tesis engelsista sobre el desarrollo del marxismo a efecto de dar solución al problema del leninismo: “Lenin no ‘añadió’ ningún ‘principio nuevo’ al marxismo ni suprimió ninguno de los ‘viejos’ principios del marxismo… [Lenin] se apoyó enteramente en los principios del marxismo… [y] desarrolló la doctrina de Marx y Engels, teniendo en cuenta las nuevas condiciones del desarrollo, teniendo en cuenta la nueva fase del capitalismo, teniendo en cuenta el imperialismo”; “Exponer los fundamentos del leninismo no es exponer aún los fundamentos de la concepción del mundo de Lenin. La concepción del mundo de Lenin y los fundamentos del leninismo no son, por su volumen, una y la misma cosa. Lenin es marxista, y la base de su concepción del mundo es, naturalmente, el marxismo. Pero de esto no se desprende, en modo alguno, que la exposición del leninismo debe comenzar por la de los fundamentos del marxismo”.
2) El pensamiento de Mao como un desarrollo del marxismo de nuestra época: “El pensamiento de Mao tuvo su cuna en la vieja China punto de convergencia de todas las contradicciones del imperialismo, y se desarrolló no sólo en función de esta realidad particular, sino también, al mismo tiempo, en función de la realidad de la revolución proletaria mundial. Pero la vieja China no era un país imperialista, como lo era la Rusia zarista de principios de siglo, sino un país semicolonial y semifeudal. En consecuencia, ‘la tarea a resolver’ ahí no era ‘la lucha contra el capitalismo sino contra las supervivencias del medioevo’… Por tanto, si la revolución china es la continuación de la revolución rusa en las condiciones de un país semicolonial y semifeudal, el pensamiento de Mao es un desarrollo directo del leninismo, pues comparte con éste las mismas raíces históricas”.
3) El modo en que puede comprenderse el desarrollo del marxismo: “El principio materialista según el cual la existencia social determina la conciencia social se expresa como la determinación del desarrollo de la teoría de la revolución proletaria, tanto por la aplicación del método marxista a lo concreto particular como a lo concreto universal… En el desarrollo del marxismo, lo concreto particular ha sido siempre un país: Rusia en el caso del leninismo y China en el de Mao; y lo concreto universal ha sido, como es obvio, el mundo como totalidad: Lenin no aplicó el marxismo únicamente a las condiciones particulares de Rusia, sino también a las nuevas condiciones generales del capitalismo (imperialismo) y de la lucha de clase del proletariado (revolución proletaria mundial). Y tanto por lo uno como por lo otro, su pensamiento terminó apareciendo como la expresión teórica del contenido fundamental y de las tendencias fundamentales de nuestra época y, al mismo tiempo, del contenido fundamental y de las tendencias fundamentales de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado. Del mismo modo, Mao no aplicó el marxismo únicamente a las condiciones particulares de China, sino también a las condiciones de la revolución proletaria mundial. Y, tanto por lo uno como por lo otro, su pensamiento terminó apareciendo como un desarrollo directo del leninismo, es decir, del marxismo de nuestra época y, por tanto, como un desarrollo del marxismo en general. Es necesario precisar, sin embargo, que tanto en el caso de Lenin como en el de Mao, el punto de partida y lo decisivo fue la aplicación del marxismo a lo concreto particular de sus respectivos países, pues a partir de esta aplicación sus respectivos pensamientos se universalizaron. En consecuencia, puede concluirse que cada desarrollo del marxismo ha cubierto dos etapas: una primera que va de lo universal a lo particular (aplicación del marxismo) y otra que va de lo particular a lo universal (generalización de la nueva teoría adquirida)”.
4) Las épocas en el desarrollo del marxismo: “Tanto en la naturaleza como en la sociedad y en el pensamiento, el desarrollo se opera como complejización de las relaciones internas del sistema dado, y este proceso cubre determinadas etapas, períodos, estadios, etcétera. Por ejemplo la formación del sistema solar cubrió algunas etapas: condensación de la nebulosa de gas y polvo que dio lugar al nacimiento del sol, condensación de las nubes de gas y polvo que dieron lugar al nacimiento de los planetas y los satélites. Así también, la sociedad ha cubierto y cubre sucesivas etapas, períodos, épocas, eras: por ejemplo la era de la comunidad primitiva, la época del imperialismo y de la revolución proletaria, el período de la Alta Edad Media, la etapa del dominio inglés en América Latina. Lo mismo ha ocurrido y ocurre con el pensamiento: si filogenéticamente cubrió determinadas etapas, ontogenéticamente cubre las etapas del pensamiento sensorial y del pensamiento racional. El proceso de complejización de las relaciones internas de un sistema dado es una ley del desarrollo. Como es claro, el marxismo no podía ni puede ser ajeno a esta ley. Por eso, el marxismo y el leninismo aparecen como dos épocas en el desarrollo de la doctrina, cada una de las cuales es la expresión teórica del contenido fundamental y de las tendencias fundamentales de cada una de las épocas en que se divide la era del capitalismo: la época del capitalismo preimperialista y de la preparación del proletariado para la revolución, y la época del imperialismo y de la revolución proletaria. Ciertamente las dos épocas del marxismo pueden, a su vez, ser divididas en etapas. Así, mientras el marxismo, entendido como el pensamiento de Marx y Engels, cubrió la etapa de su formación y la etapa de su madurez, el leninismo, entendido como el marxismo de nuestra época, cubre, hasta hoy, la etapa del pensamiento de Lenin y Stalin y la etapa del pensamiento de Mao. En el caso del marxismo el proceso de complejización aparece, pues, como enriquecimiento cuantitativo y cualitativo. Esta es una ley del desarrollo del marxismo. En consecuencia, es imposible no tener en cuenta esta realidad al momento de denominar la doctrina”.
5) La denominación de la teoría proletaria: “En el movimiento comunista, tanto nacional como internacional, hay quienes utilizan el término etapa para significar que el pensamiento de Mao constituye una “tercera etapa” en el desarrollo del marxismo. De este modo el leninismo es reducido a una etapa de este desarrollo, y otro tanto resulta haciéndose con el marxismo. Pero el leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria y, por esto, el término tercera etapa aplicado al pensamiento de Mao es incorrecto. El pensamiento de Mao es un desarrollo del marxismo de nuestra época, es decir, una etapa del leninismo y, por tanto, sólo en este sentido puede aplicársele el término etapa”. “Todo el desarrollo alcanzando hasta hoy por la teoría proletaria debe expresarse en su denominación, y esto implica la obligatoriedad para el partido proletario de reconocer explícitamente en dicha denominación tanto el leninismo como el pensamiento de Mao. Sin este explícito reconocimiento, los militantes quedarían en “libertad” de adherir o no a Lenin y a Mao, y esta “libertad” no sería otra cosa que una expresión de oportunismo, o, más exactamente, de revisionismo”.
La idea fundamental que atraviesa los cinco trabajos que conforman el presente libro, es que la aplicación del método a las cambiantes condiciones históricas ha dado resultados teóricos que comportan un desarrollo de valor universal del marxismo, y que este desarrollo determina la denominación de la doctrina: si “los principios del marxismo están allí desde Marx y Engels (el marxismo no empezó siendo una concepción incompleta que, por tanto, había que completar), y, por esto, como sostuvo Stalin en la Entrevista con la primera delegación de obreros norteamericanos, no es posible agregarle ningún ‘principio nuevo’, pero sí, en cambio, ‘elementos nuevos’, es decir, elementos teóricos nuevos, entonces es claro que existe un desarrollo de la teoría proletaria y, por tanto, es teóricamente correcto y políticamente necesario que este desarrollo quede expresado en su denominación.
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