martes, 22 de febrero de 2011

LOS PROFESORES DEBEN TOMAR PARTIDO POR SUS ALUMNOS

Por Carmen Cecilia Díaz
Quien encuentra un lugar donde se siente aceptado y querido, aunque haya sido víctima de alguna injusticia o maltrato anterior, obtiene las herramientas para convertirse en alguien constructivo y con esperanza”, señala Jorge Barudy Labrin, psiquiatra chileno, experto en  resiliencia y avecindado en Barcelona desde donde viaja periódicamente a Bruselas como parte de su trabajo con niños y jóvenes víctimas de la violencia en el Centro Exil.
Hace más de 30 años que este médico chileno, detenido en 1973 cuando era director general de zona del Hospital de Puerto Saavedra, vivió en carne propia la tortura y el exilio lo que lo llevó fuera de Chile a fines de ese año. Fueron estas vivencias las que marcaron su forma de ver la neurosiquiatría, especialidad en la que se formó en la Universidad Católica de Lovaina.
Convencido de que la escuela puede ser un factor que potencie el "blindaje" de los estudiantes en contextos vulnerables, Barudy propone a los docentes asumir conscientemente el papel de “tutores de resiliencia”.  Esto es, “personas capaces de integrar y potenciar un buen desarrollo de los alumnos y les den proyección, pese a condiciones difíciles o traumas que hayan podido vivir”
Identificando algunos factores clave para un clima escolar forjador de resiliencia, Barudy quien es autor de libros como "El dolor invisible de la infancia", "Los buenos tratos de la infancia: parentalidad, apego y resiliencia", enumera:
·       Afectividad y vínculos: si una niña o un joven se sienten queridos, de seguro van a responder mejor en términos conductuales y cognitivos y eso va en directa relación a su construcción de resiliencia.
·       Estructura: la escuela debe promover la interiorización de límites para aprender a modelar el mundo emocional y conductual del estudiante. Para ello debe tener afectividad y respeto por los niños y no actuar, como lo hace un alto porcentaje hoy, en función de los intereses adultos.
·       Toma de conciencia de la realidad: que un niño se dé cuenta de lo que vive y sepa que no es culpable de ser pobre o de tener un papá alcohólico, por ejemplo, ayudará mucho en su desarrollo. La escuela es un espacio privilegiado para facilitar que quien es víctima de pobreza material, abandono o maltrato físico o psicológico pueda construir resiliencia.
·       Creatividad y humor: el ambiente escolar puede crear una “ecología” que se organiza creativamente en función de sus alumnos y los hace “sentirse bien”.
·       Expectativas elevadas: si el docente tiene expectativas elevadas de las posibilidades de desarrollo de un alumno, eso tiene un efecto en su desempeño, siempre que no se desarraigue de lo afectivo. La investigación de resiliencia muestra que los niños hacen esfuerzos para alguien y por alguien. Si en la escuela encuentran afecto y confianza, de seguro se esforzarán por responder a las expectativas recibidas, de la única forma que pueden hacerlo: con buenos resultados.
·       Construcción de una historia: es muy importante facilitar a los alumnos la posibilidad de contar su historia porque no han tenido la posibilidad de reflexionar sobre sus vidas.

Cuando se alcanza resiliencia, el efecto en el niño es definitivo termina subrayando Barudy: “Esto no significa que no sufra, ya que resiliencia no es ausencia de sufrimiento. La experiencia dice que no importa lo profunda que sea una cicatriz, en ningún caso eso les determinará el futuro”.

"Cuando un niño encuentra afecto y confianza, responde a las expectativas de la única forma que realmente puede: con buenos resultados".

La resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación. 

NO SE PUEDE APRENDER EN UN CLIMA DE AGRESIÓN

Por Carmen Cecilia Díaz
Independiente de la condición social de un establecimiento hoy es urgente “pasar de una escuela generada para las necesidades del siglo XIX a una que responda a los desafíos del siglo XXI”, parte diciendo Inés Aguerrondo, académica argentina, ex viceministra de Educación y co autora de la trilogía “La escuela del futuro”. Hoy, dice, se requiere remecer tanto las prácticas de aula como la institucionalidad de la escuela, no sólo en qué se aprende sino en cómo se aprende.
Sobre todo en contextos vulnerables, donde el acceso a la calidad educativa es menor, la urgencia debiera estar en “incluir hacia la calidad en respuesta a la exclusión que genera la pobreza”.
Lograrlo, dice, supone consistencia en las políticas públicas y en terreno se traduce en crear condiciones que posibiliten el aprendizaje, dentro de los cuales la existencia de un buen clima escolar es pieza clave. “La cuestión de la enseñanza y el aprendizaje eficaz tiene un indudable aspecto cognitivo pero también, un indudable aspecto afectivo, de clima escolar”, agrega:
-No se puede aprender en un ambiente de agresión, inseguridad o desconfianza. Los estudios sobre este tema dejan bien en claro que, así como importan las expectativas de los profesores respecto de los alumnos, importa muchísimo el clima de confianza, respeto y paciencia que el maestro organiza para permitir que el alumno pueda aprender.
Para ello, agrega, es necesario tener en cuenta que la responsabilidad por una buena convivencia escolar es del profesor, no de los alumnos: “el docente es el adulto de la relación y por tanto es quien debe marcar las reglas de juego…”.
Adicionalmente, dice,  hay que tener en cuenta, que hoy la escuela no es el único agente educador y que, por tanto, la atención al contexto de procedencia del alumno es muy importante. Sobre todo en ambientes de riesgo social, “donde hay mucho que compensar pero, al mismo tiempo, hay lecciones de vida que deben ser incorporadas al aula”.
Poder integrar la realidad del alumno a la escuela “es una forma de diálogo que educa en la tolerancia y la educación ciudadana”, señala la experta.
Aprender dialogando, agrega, significa “aprender con otros”, algo que, asegura, permite desarrollar competencias necesarias para la vida del siglo XXI y abrir ventanas de oportunidad. “Incorporar la diversidad enriquece y permite acercarse a problemas complejos”. Sobre todo ayuda “a la comprensión de un mundo donde lo crucial no es la aprobación de un paquete de materias, sino la creativa aplicación de conocimientos en circunstancias cambiantes”.

jueves, 10 de febrero de 2011

LAS 10 ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

Noam Chomsky

1. LA ESTRATEGIA DE LA DISTRACCIÓN 
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
“Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto 'Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. CREAR PROBLEMAS Y DESPUÉS OFRECER SOLUCIONES
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. LA ESTRATEGIA DE LA GRADUALIDAD
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. LA ESTRATEGIA DE DIFERIR
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. DIRIGIRSE AL PÚBLICO COMO CRIATURAS DE POCA EDAD
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. UTILIZAR EL ASPECTO EMOCIONAL MUCHO MÁS QUE LA REFLEXIÓN
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. MANTENER AL PÚBLICO EN LA IGNORANCIA Y LA MEDIOCRIDAD
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. ESTIMULAR AL PÚBLICO A SER COMPLACIENTE CON LA MEDIOCRIDAD
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. REFORZAR LA AUTOCULPABILIDAD
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. CONOCER A LOS INDIVIDUOS MEJOR DE LO QUE ELLOS MISMOS SE CONOCEN
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Noam Chomsky, Lingüista y filósofo estadounidense, profesor del Massachusetts Institute of  Technology (MIT).

martes, 8 de febrero de 2011

CANDIDATOS: ¿Y LOS IDEALES?

Por: Wilter Aro Fasanando

Cada año en noviembre, aplicando la normatividad y ejercitando el currículo sobre conciencia democrática y ciudadanía; niños, púberes y adolescentes de la educación básica, entre seis y dieciséis años promedio, eligen a sus alcaldes y regidores escolares de manera honesta y hasta lúdica (porque así también aprenden), vía debates, comités, personeros, ánforas, refrigerios y hasta  suspensión de clases. ¿Cuál es el premio?: abrazos, menciones, representaciones y diplomas de felicitación. No hay gollerías como dinero asignado, bonos, elección de asignaturas, ingreso y salida del plantel a libre albedrío, etc. ¿Y si hubiese? No pasaría nada, la competencia es por lo noble que significa  representar a una institución, son los ideales de servicio, el mismo proceso eleccionario en las escuelas es más cualitativo.

No sucede así con los “políticos” candidatos quienes en estas últimas dos décadas han perdido notablemente la noción sobre lo sublime que significa la nominación de Regidor, Alcalde, Congresista, Presidente.  Ahora, los procesos electorales son cuantitativos, se miden en términos de rentabilidad económica que el cargo puede generar; ya no hay ideales, hay interés, si tienes dinero, eres candidato. Por ello Lourdes Flores, conociendo que no iba a ser, lanzó por el poto la alcaldía limeña.

Ojalá en las escuelas la nobleza de ser autoridad escolar nunca se pierda, pero corre peligro,  los “políticos” falderos hace tiempo que vienen dando magros ejemplos a los estudiantes. Por lo pronto la universidad se ha contagiado. Para el recuerdo quedaron las polémicas filosóficas, políticas y académicas. A diferencia de antaño (salvo excepciones), hoy, docentes y estudiantes se ven enfrascados en intereses propios, menos los de la comunidad. Parece importarles solo a algunos, la calidad de la educación universitaria, el nivel académico de la cátedra, la ética y moral de sus miembros, el ambiente de estudio y trabajo, etc. Las dirigencias, por lo menos estudiantiles (lo demostraron públicamente), defienden otra cosa - por no decir botines - menos nobles ideales, a tal punto que la estupidez y el odio, pesan más que la intelectualidad y el afecto. No han asimilado que las discrepancias cualitativas fortalecen a la persona y a la institución, pero cuando son cuantitativas (puestos, dinero, juergas), se enquistan como cáncer y generan odio, maldad, envidia y cizaña que dura mucho tiempo y termina acabando con justos e injustos.     
Pero estos comportamientos intringulescos de los candidatos no son casuales. Es parte del succionamiento mental de las llamadas “nuevas corrientes” como el neoliberalismo. Esta nueva época de la instantaneidad y simultaneidad, agarró a muchos en el invernadero. La agilidad mental para entender fenómenos políticos, sociales y económicos que dicho sea de paso marcan la pauta del conocimiento y el devenir de los pueblos, es lenta, a tal punto que cuando te pones a estudiarlo, ya se dio otro cambio.  
Este desbarajuste intelectual fue aprovechado por algunos como, Francis Fukuyama, en su libro “Fin de la historia y el último hombre” (1992), al plantear que “no tiene caso querer luchar por una sociedad alternativa, ni pensarlo, porque hemos llegado a la deshistorización del tiempo, ha llegado el fin de la lucha de las ideologías”. Se entiende que debemos desenvolvernos en esta sociedad neoliberal donde pocos son los privilegiados y muchos los maltratados. Con este contrabando ideológico, se ha creado una especie de  bloqueo emocional para pensar de manera lineal y convergente, apuntando al pensamiento único. Si piensas diferente te dirán ahistórico, obsoleto, cuando es todo lo contrario. Se tragaron el sapo ante esta peligrosa concepción y distorsión de la realidad y hoy vemos las consecuencias.
Ya ni el APRA tiene candidatos, con Mercedes Araoz, Alan García mandó el mensaje de “al diablo con los ideales y las ideologías”. (¿¿bisnes son bisnes??). De allí la gente rápidamente se arrepiente de su voto, los políticos cometen torpezas perturbados por el cargo y el elector miró otra cosa, menos principios  o ideales del candidato. Ideales que le debió haber dado su partido; pero como partidos no existen entonces no hay militantes; solo frentes, alianzas o agrupaciones  coyunturales, sólo hay oportunismo y el candidato está huérfano y no tiene compromiso con ideales o doctrinas y de allí, fácilmente se va de su “partido”, deambulan como sonámbulos y atrapan el primer sebo con que tropiezan.
Por ello no sorprende que Cataño quiere ser congresista, Rómulo León será declarado inocente, kenyi ya es candidato y a Keiko le cree el 20% pero no conoce Awajun, el otro quiere pasar de limpio cortándose el pelo dice no coquea, otros celebran sus sancochados electorales; al puntero en las encuestas le arman pendejadas menos debates políticos (científicos), duermen con los pobres, aparecen más alianzas electoreras, se pide la muerte de los partidos porque dizque son “tradicionales”, dicen ser pragmáticos  sin saber su real significado; ya no luchan por otra sociedad, niegan la  Filosofía, la Dialéctica, la lucha de clases; critican a Marx y la plusvalía, pero se enriquecen con ello. Es decir estamos –salvando honorables excepciones – ad portas de elegir una auténtica fauna política.
Con candidatos sin ideales ni perspectivas históricas, el ejemplo es nefasto y el destino de nuestros pueblos sigue incierto. ¿Tienes ya candidato?